lunes, enero 14, 2008

estética del cambio

Bradford Keeney, siguiendo la línea abierta por sus maestros, en teoría general de los sistemas, y en la búsqueda de herramientas conceptuales, con este libro, introduce la noción de epistemología cibernética. Una epistemología que incluya al observador en sus observaciones, al científico en en su ciencia y desde luego al terapeuta de familia en el proceso terapéutico.
Por momentos se vale del diálogo entre un terapeuta escéptico y un epistemólogo.
Interesante me resulta este nuevo acercamiento. Cada 10-15 años conviene retomar algunas lecturas. Siempre serán nuevos libros. Nosotros no somos los mismos. Es un desafío. Está aquello que recordamos, siempre algo recordamos, una cita, un color de tapa, unas líneas. En principio volvemos afanosamente a buscar esos detalles.
los recuerdos:?¿? Me resultó complejo en su momento. Entretenidas las citas en bastardilla. Y un cuento, siempre recuerdo el cuento.
Ch'ing, el maestro carpintero del imperio, tallaba en madera un perchero para colgar instrumentos musicales. Cuando terminó su obra, quienes la vieron juzgaron que era sobrenatural en su perfección. El príncipe Lu lo llamó ante él y le preguntó: "Cuál es el misterio de su arte?¿" "No hay ningún misterio, su Alteza -replicó Ch'ing-, aunque algo hay. Cuando estoy por hacer un perchero como éste, me cuido de que no mengüen mis poderes vitales. Comienzo por reducir mi mente a una quietud absoluta. Luego de tres días en este estado, me olvido de cualquier recompensa que pudiera obtener; luego de cinco días, me olvido de la fama que pudiera adquirir; luego de siete días, pierdo la conciencia de mis brazos y piernas y de mi esqueleto. Entonces, cuando ya he alejado de mi mente todo pensamiento vinculado a la Corte, mi habilidad se concentra y desaparecen los elementos exteriores perturbadores. Voy al bosque en la montaña, busco un árbol adecuado, que contenga ya la forma requerida, y comienzo a trabajar, con la visión del perchero en el ojo de mi mente. Más allá de eso no hay nada. Pongo todas mis capacidades naturales en relación con las de la madera. Lo que se sospecha sobrenatural en la ejecución de mi obra sólo se debe a esto"
Interesante cuento, contradictorio y solito siempre lo sentí dentro del libro.
Con los años quizás perdió la fuerza de aquella primera vez.
Sucede lo mismo con algunos reencuentros con personas del pasado?¿?
Logran incorporarse a nuestro presente o sólo son una estrella fugaz.
Ya si me despierta estos nuevos pensamientos, el encuentro es válido.

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