viernes, septiembre 29, 2006

fotos son siempre recuerdo.

Estuvimos allí. Sabías hijo querido, que has estado antes, como Cortázar en el Parc Güell. Esta misma arena, una otra alfombra.
Hoy lo vi. Álbum en mano, con la luz y el sonido del agua de ha tantos años. Pasábamos largas charlas y tardes. Vuestras fotos son nuestras fotos. No muchas cosas sé, con el paso de los años, menos cada vez. Nuestra historia, se entremezcla con vuestras infancias, Melina, Fede. Es tan raro todo. Las palabras son un mero vehículo, que no transporta. No es posible volver.
Tampoco Uds. pueden, sino a través de esta imagen. El pasado es el granero, dice Viktor Frankl. El río, la meta. Siempre llegábamos a él. Los compromisos muchos, no tantos como para no obviarlos, y correr a la isla. Tuvimos tan poco tiempo que hacíamos todo ligerito, remando.
-Me parece estar viviendo el día que lo conocí. Creo que alguien nos presentó. (de "Lo que me costó el amor de Laura" Alejandro Dolina)
Nos miramos, y ya sospechamos la tragedia. Sentí ese recorrido particular, que anuncia tanto la emoción, como el costo. No hay amor sin tragedia.
Estaba de mudanza, como ahora, me acompañó a comprar amasijos y tintes. Volvimos con cámara en mano, a armar el álbum, ubicar las anteriores y ayudarme con los arreglos de la casa nueva. -Tenés algo que hacer después?. -Ir de la abogada. -Te llevo?. -(nunca nadie me ofreció eso antes, ni después, siempre todo hacerlo sola) -Bueno. (Qué rápidamente entendemos la excelencia) - Quérés que cenemos? - Bueno. Vamos a hacer compras, y vemos de preparar algo? (nunca nadie me dijo eso antes, ni después) . -Qué va a cenar el "matrimonio" hoy?, (dicho con ironía y arriesgo). -Una lata de arvejas?, no, mejor 4, se van a comer. -Siempre comprás de 1, todo? -Si. Qué vino llevamos? Una caja está bien? (¿?¿?¿?) - No sé comprar de este modo. -No se trata de algo tan complejo, es sólo un mercado que ofrece, y elegir lo que se necesita. (?¿?)
Alegremente elaborábamos.
"Veintiun días..." -dijiste ayer. Los días y todas las horas, resultaban pocas e íbamos por más. Veintiún días. Cenábamos, bebíamos, la música quería estar, no se perdió una noche. Veintiún días antes de la escena en cámara lenta. Se reitera en nuestra memoria, con la nitidez que sólo la pasión registra. Todos fuimos la casa. Y el acto de Fede, donde actuaba de San Martín. -No te olvides del traje. Hay que hacerlo, faltan pocos días. Unas cuadras antes de la escuela, paramos, me faltaba terminar de coser. (Esta foto la tenía él, me la dio ayer) Entramos a la escuela, (la siempresola, por UNA VEZ no.) Los niños alegres. (Destaco el siempresola, porque he disfrutado, porque es una elección, pero al acto de la escuela, es como al altar, no se puede ir sola. Todos alegres. El puzzle tiene las piezas!).
La abuela, disimuló. Cantamos el himno, te acordás? -Si. Y no habíamos ni intentado ser más que amigos. Volvimos con los niños. Vamos del tío Miguel, -decía Fede, quiero mostrarle el traje. (el traje?) Dormidos en el viaje de regreso. Bajamos, y cada uno se hizo cargo de un niño, aúpa. El Nieri y la Mary, con la sabiduría de los dioses, un plato más a la mesa.
Y así un día, un niñito a Fede: -Tu papá....No es mi papá. Nada de oscuridades. Y las nubes de la sociedad, siempre acechantes. Nadie lo soportó, definitivamente, ni nosotros.
- Madre, necesito urgente, ya, una explicación: Por qué? Por qué? Por qué? Por qué? Por qué?

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