tío alberto

Camina sobre el bien y el mal con la cadencia de su vals mitad juicio y mitad mueca burlona.
Da todo lo que puede dar, su casa está de par en par. Quien quiere entrar, tiene un plato en la mesa....

no se sabe bien si el niño hace al tío, o el tío al niño, más bien pareciera un milagro de raro suceso.
eso sí, el encuentro vale una vida.
nos salva de la contemplación congelada en la razón de la sin razón de la historia sin fin de la novela familiar.
la alegría de poder saltar a su brazo y sentirnos a salvo para siempre.
sus comentarios dan en el blanco de nuestros intereses más absolutos.
sin hablar de los asuntos concretos e inmediatos, de un vuelco se aventura al cambio, dando una pincelada de azul al mismísimo cielo.
a ver si nos entendemos:
no funciona por lo social establecido, ni la clase lo denomina.
los mercaderes no han dado con el día, ni los poetas pueden con la rima.
se nos ocurre no necesario, y es indispensable que sea familiar.
y a no creérsela que la sangre lo resuelve todo.
el progenitor no es el padre, es sólo una posibilidad.