un país...

un país donde ...

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no queremos y no podemos?¿?

cuál es el límite de mi no puedo, mi límite es el compañero, en el trabajo, mi compañero está en dificultades, y prefiero salvarme al estilo Benedetti,

no te salves

no te quedes ...

no te salves ahora ni nunca.

los compañeros de trabajo somos perros de olfato

si me quejo de la directora, es porque mis compañeros...,

porque eligen salvarse...,

y piden (que me calle), que comprenda, que me calme, que no proteste, porque de todos modos no se puede, no se puede, y no me creo.

y no entienden que el camino solitario, es sólo eso?¿

sí entienden,

me hablan de una vida fuera de la institución.

tengo demasiada vida fuera para hacerme problema por esto.

y no es verdad, ninguna vida es plena si tengo un rincón, sólo un rincón donde no lo es.

me estaré defendiendo y me estaré aturdiendo, todos sabemos que una sóla situación molesta donde hemos quedado expuestos, nos atormenta y nos persigue, y por el resto del tiempo buscamos confirmación, que no, pero no, no se dio cuenta, no te preocupes, pero y se habrá dado cuenta?¿?

se habrá notado?¿?

entonces, tomar el atajo de la situación con desdenes, ademanes, el no me interesa,

es demasiado pequeño esto para hacerse problema, no, no lo es, todo es demasiado grande o demasiado pequeño, el ser humano está en constante juego de redimensionarse.

soy grande para esto, soy pequeño para intentarlo, soy lo suficientemente...y así la interminable lista de mis limitaciones, mis dimensiones...es que soy tu madre, TU MADRE?¿?...y así...

afirmaciones y reafirmaciones, dimensiones y redimensiones, no somos una sola medida, una vez un compañero médico, muy orgulloso, muy firme en sus convicciones, muy listo para mostrarme lo listo que es al darse cuenta de tal o cual cosa, se sintió descompuesto camino al hospital en que asistíamos a una charla, me pedía que me vaya, que me vaya, que llegaría tarde, cómo llego tarde, adónde, si estás mal, me quedo con vos, no podía respirar, y lo acompañé a su coche, quería llegar a su coche, debo llegar al coche, me decía, lo respetaba en su persona y no medí las consecuencias, en su omnipotencia, y en desesperado intento por huir, apenas subimos al coche, lo puso en marcha y cruzamos la ciudad hacia su casa, una vez allí, me hizo un gesto de ya está, me arreglo solo, andate.

me fui, no sabía bien hacia dónde, ni lo recuerdo, seguro que a la charla no volví, a la noche lo llamo, me atiende su esposa y me dice que no lo ve bien, pero que en su ser médico, le hablaba de un malestar pasajero, grité, y no conocía a su esposa, cómo un estado pasajero?¿, y aún no llamaron al médico?¿, no, me dice que no es necesario, hizo unas consultas telefónicas con unos colegas, señora, llévelo a un sanatorio, no lo escuche, después de ser internado y operado de un severo cuadro de pancreatitis, tuvo un gesto de humildad, me confesó sus sentimientos cuando la enfermera, previo a la intervención quirúrgica tomó sus testículos entre los guantes, mientras lo rasuraba...me reí mucho como siempre que estaba con él, reíamos...

tiempo después, pasado año quizás que ya no trabajábamos juntos, me avisaron en casa que había llamado para las navidades o fines de años, no lo sé, y a la persona que atendió le dijo que él estaba muy agradecido...

no es necesario agradecer, se deshizo en agradecimientos y no lo acepté, no es así, soy su compañera, éramos compañeros, así lo dije, y me observaron que debía aceptar su reconocimiento, insisto en que no, hoy sigo pensando que ser compañero fue eso, contarme su ridículo estado ante la enfermera. Había comprendido qué es ser compañero.

Hoy me llamó una compañera de trabajo para hablarme de sus dificultades, hoy creo que es posible que un país sea un país.