el mercado de los colores

nada más que por sus muchos colores

muchos colores, en este mercado de Barcelona,

hace un año, allí, en ese despliegue de color, sin saber qué ángulo elegir, con una máquina robada a un amigo, multiplicidad de sensaciones, y ofertas de color,..chocolates, helados, frutas,...quise atrapar el color, y no lo sé, no se logran imágenes para compartir, porque en la ausencia de los grises, el color zozobra...en la evocación quizás...

en Argentina no existe este despliegue de color, en el mercado, es neutro, opaco, y las muchachas repiqueteando las ofertas: ..un euro, a un euro...frutas, jugos, helados, chocolates...

no interesan de este modo los sabores, ni los colores, los helados están sepultados, esconden los helados, y dejan placas con sus nombres,

en Venecia los helados son insuperables, no hay helados en el mundo como los de Venecia, el agua, me dijeron, es por el agua, es diferente a todos...no se derrama, podés tomarlo, sin prestar atención, mientras tomás el helado mirás Venecia, no se interpone...

y la nube negra, sólo faltando 2 días, y no volvería a ese sitio, por voluntad y deseo, desde el abismo, deviene en inevitable fotografiar aquello que no se volverá a ver, una presión de inmortalidad, fotografiar la temporalidad, cuando fotografío al jazmín, es diferente, no está siempre del mismo modo, y está allí, dejándose fotografiar...y juego, y bailoteo y me olvido y no lo miro, y disfruto de la lectura de la música, de la radio...del sol, de la tristeza...

a veces queremos que algunas personas sean como mi jazmín, y olvidemos el tiempo, tan inmortal...