Michelángelo

LOS PRISIONEROS
La vieja cuestión de la sepultura de Julio II obligó a Miguel Ángel a modificar los proyectos anteriores y simplificar cada vez más el diseño originario general, reduciendo el número de esculturas, que pasaron de 40 a 22, como quedó indicado en el contrato de 1516. A comienzos de 1519 el artista trabaja en cuatro Prisioneros, conocidos como el Esclavo que despierta, el Joven, el Barbudo y el Atlas. Ninguno de los cuatro fue terminado, pero es ese estado el que los hace extremadamente expresivos de la potencia y la fuerza vital que los anima, en el intento espasmódico de librarse de la materia que los aprisiona: prisioneros, pero también rebeldes. El motivo del sufrimiento como destino del hombre para alcanzar la perfección ha contribuido a una interpretación en clave autobiográfica de estas estatuas, que estuvieron durante muchos años en el estudio florentino de la vía Mozza, a la vista diariamente de Miguel Ángel, que debió reconocer en ellas el valor de una búsqueda no sólo artística

Érika dulcemente, en un intercambio enriquecedor, trae este recuerdo de Los Prisioneros, en sus palabras: "... las esculturas están en la piedra y le piden salir, expresarse... lo interpreto como la perfección de la escultura, porque lo no concluido es en sí un modo de expresión, nunca podemos expresar completamente lo que sentimos ni en literatura, ni en pintura, ni en un diálogo..."

Platón... Miguel Ángel, la búsqueda de la perfección, como meta...!!

en tanto humanos, inalcanzable.

qué caminos para demostrarlo... (!!!!!)

en tiempos donde pareciera que la meta es la opuesta.