las manos de mi hija
son ágiles, bonitas, sus dedos largos, tienen música, hacen música, toca los objetos, los mueve de un sitio a otro, con rapidez serena, saben dónde van, se dirigen, y llegan. Tienen esa combinación que se necesita cuando estás apurado, siempre estamos apurados en la casa, porque hacemos muchas cosas a la vez, para después, ponerlos sobre el teclado, el teclado es hablar con los amigos, es hablar por teléfono, y juegan, siempre juegan, se acarician el cabello, limpia suavemente la mancha rebelde, de la publicidad de jabón, se detiene, la atiende, y hace el borde de la tarta, tiene que quedarle prolijita, no soporta que se sepa se vea o reconozca como casero, lo artesanal, y prepara ataditos, siempre está haciendo ataditos, ataditos es el montoncito de carpetas que va a llevar a la facultad, atadito es el almuerzo, que pone en vasijas, ataditos de vasijas, y de comida, todo es pequeño, ella lo transforma en pequeño, hace ataditos, acomoda rápidamente el atadito que ocupará su cartera, el brillito, le llama ella al lápiz de labios, y no es verdad que sea una nena, nomás que le asusta el mundo de esos adultos tontos que le dicen cosas que no entiende, que no son, para ella, a ella le suenan severos, porque son severos, son censuras, censuras, la censuran sus amigas, y no sabe defenderse, o sí, todos nos defendemos, no es lo deseado, mi madre por ejemplo, me decía: ese no viene más que por interés....y yo corría a otros mundos, a buscar poesías, para llegar al mismo sitio, quizás, pero no podía con su censura, no pude, hacía polvo todos mis sueños...
Etiquetas: dudas y miedos.
2 Comments:
Ay, unas manos suaves de una persona querida, cuánto pueden dar, cuanto pueden hacer...
y qué bien lo contaste, Madreselva.
Saludos.
son tan bonitas sus manos, vieras...!!!
:)
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